Si revisamos las páginas gloriosas de nuestro fútbol a nivel de selección, inequívocamente aparecerá el nombre del capitán y uno de los mejores 10 tricolor de todos los tiempos, Álex Darío Aguinaga Garzón. De Ibarra para el mundo, nacido el 9 de julio de 1968. Desde sus inicios nos llenó la retina de magia e ingenio, además de su espíritu combativo y solidario. De sus botines nació el pase gol para que millones de ecuatorianos coreen el ¨SÍ SE PUDO¨ que nos llevó al anhelado primer Mundial.
Dotado técnicamente, veloz, inteligente para filtrar balones y líder en cancha, características que lo llevaron a jugar al más alto nivel en el fútbol mexicano, fue uno de los que abrió fronteras entre Ecuador y México para que más compatriotas puedan mostrar sus cualidades y potenciar a clubes de esa Liga.
AZTECAS QUISIERON NACIONALIZARLO
Admirado y ovacionado por todo México, sus condiciones hablaban por sí solas, se convirtió en uno de los futbolistas extranjeros más importantes de las últimas 3 décadas. El DT de esa época, Manuel Lapuente, hizo todo lo posible para que ¨El Güero¨ vistiera la casaca azteca. Defender los colores de tu país no tiene precio, era la premisa que siempre sostenía el 10 de la selección ecuatoriana. Jurar la bandera de otra nación jamás pasó por su mente, por el contrario, cantó y a todo pulmón ¡SALVE OH PATRIA, MIL VECES OH PATRÍA! en Japón y Corea 2002.
PARTIDOS CON SU AÑORADA TRI
Álex Darío Aguinaga se retiró de la tricolor disputando 8 Copas América, 1 Copa de Oro, y lo que todo futbolista sueña, representar a su país en un Mundial de fútbol, la tan recordada cita mundialista en suelo nipón.
El imbabureño, es el segundo jugador con más presencias en la selección ecuatoriana: disputó 109, solo detrás de Iván Hurtado, otro histórico de nuestro balompié. Números que reflejaban el profesionalismo y la pasión de un hombre que dejaba todo en la cancha por su país. Además, Aguinaga comparte un récord más que interesante, junto con los argentinos Hugo Gatti y Javier Zanetti, así como los mexicanos Oswaldo Sánchez y Benjamín Galindo, son los privilegiados que poseen más de 700 encuentros de liga en su carrera deportiva.
SUS PRIMEROS AMORES EN ECUADOR Y MÉXICO
El primer amor nunca se olvida, Deportivo Quito lo fue para Aguinaga. En este club tradicional de Pichincha, nació futbolísticamente el gran volante ambidiestro, tenía 16 años, un niño debutando en el Estadio Olímpico Atahualpa. Con los Chullas Quiteños jugó 161 partidos y gritó GOL 41 veces. En México, con la casaca del Necaxa, participó en 543 encuentros, anotando 93 dianas. Además, pasó fugazmente por Cruz Azul actuando en 14 compromisos.
El oriundo de Ibarra, volvió a su país luego de 15 años para exhibir la experiencia y jerarquía que había obtenido en tierras mexicanas, Liga de Quito sería su nueva casa. Último reto para el talentoso tricolor. Con los azucenas ganó el último título como profesional, aquel inolvidable 2005. El 10 de Ecuador portó la camiseta blanca en 98 partidos anotando 14 goles.
Su ascendencia en el grupo, no fue ninguna coincidencia. Álex Aguinaga estaba destinado a impartir sus conocimientos y por ello se tituló como director técnico. Debutó de traje y corbata dirigiendo al Barcelona Sporting Club. ¨El Güero¨ o ¨El Maestro¨ , como lo quieran llamar, es y será por siempre una de las glorias que ha tenido el fútbol ecuatoriano, un referente y ejemplo a seguir para futuras generaciones.
Por: Alberto Gómez M.